El atroz origen del cardio funcional

Hoy el cardio funcional es una de las tendencias más populares en los gimnasios: movimientos dinámicos, rutinas que combinan fuerza y resistencia, y una sensación de “entrenar para la vida real”. Pero su origen dista mucho del ritmo, la música y la energía que hoy conocemos. Su historia comienza en un lugar muy distinto: la rehabilitación médica.

De los hospitales a los gimnasios

A finales del siglo XIX, médicos como Dudley Allen Sargent en Estados Unidos y el ingeniero sueco Gustav Zander desarrollaban máquinas que imitaban movimientos del trabajo manual —como aserrar o rastrillar— para ayudar a los pacientes a recuperar movilidad.

La idea era simple pero poderosa: si los ejercicios se parecían a los movimientos cotidianos, el cuerpo sanaría más rápido y de forma más natural.

Décadas más tarde, en los años 1920, entrenadores rusos adaptaron ese mismo principio al deporte. Diseñaron métodos de entrenamiento que imitaban acciones funcionales —empujar, jalar, girar— para mejorar el rendimiento de los atletas y fortalecer varios grupos musculares al mismo tiempo.

El salto a la era moderna

El concepto permaneció principalmente en el ámbito médico hasta los años 80, cuando entrenadores estadounidenses comenzaron a aplicarlo al entrenamiento deportivo. Su objetivo ya no era rehabilitar, sino prevenir lesiones y mejorar el rendimiento físico.

Uno de los nombres más influyentes fue Mike Boyle, quien ayudó a popularizar el entrenamiento funcional entre atletas profesionales y personas comunes. Gracias a su enfoque, este tipo de rutinas se convirtió en una herramienta accesible para todos, desde quienes buscaban recuperarse de una lesión hasta quienes solo querían moverse mejor.

La evolución tecnológica del movimiento

En años recientes, expertos como Gray Cook, Lee Burton y Brett Jones desarrollaron el Functional Movement Screening (FMS), un sistema que evalúa la calidad del movimiento para detectar desequilibrios musculares. Este método marcó un antes y un después: ya no se trataba solo de “entrenar fuerte”, sino de entrenar con propósito.

Hoy, los principios del entrenamiento funcional están presentes en disciplinas tan populares como el CrossFit, el entrenamiento HIIT y el cardio funcional que realizamos en Black Dolphin.

Lo que empezó como una herramienta médica terminó siendo una filosofía de movimiento: preparar el cuerpo no solo para verse bien, sino para no rendirse y vivir mejor.

Octubre: el mes para retomar tu fuerza

El otoño es esa temporada donde la motivación baja un poco, el clima cambia y el cuerpo lo resiente.

Pero también es el momento perfecto para reconectar con tu energía y moverte con propósito. Si hace tiempo no te retas, este mes atrévete a probar algo distinto: un entrenamiento funcional que despierte cada músculo y te recuerde de lo que eres capaz.

En Black Dolphin Gym te esperamos para que descubras, en carne propia, cómo ese “atroz” origen del cardio funcional se transformó en una de las formas más completas y efectivas de entrenar.

Porque moverte es vivir, y octubre es un gran mes para volver a empezar.